Parashat Ajarei Mot - Shabat Hagadol
Resumen de la Parasha:
Después de la muerte de sus hijos Nadav y Avihu, se le ordena a Aarón entrar al Kodesh Hakodashim (el Santo Sanctorum) un vez por año, en Iom Kipur.
En esta Parashá se establecen todas las normas y ritos concernientes a Iom Kipur. En este día, sería el Cohen Hagadol quien se haría cargo de todos los sacrificios, los propios y los del pueblo. Se establece la expiación a través de un chivo, el cuál era después arrojado por un acantilado. Se establece Iom Kipur como el más solemne de los Shabatot y como día de reflexión y de ayuno.
Por otro lado, se promulgan las leyes concernientes a la forma de matar un animal para su consumo y se prohíbe la ingesta de todo animal que no haya sido matado según estas normas.
Se le recuerda al pueblo que, para obtener el favor de D’s, debe comportarse de manera moral y ética.
Palabras de nuestro seminarista
Después de la muerte de sus hijos, pasado el primer período de duelo, a Aarón se le ordena seguir adelante con su tarea y se le indican las tareas para el más importante de los días, Iom Kipur. Aquí podríamos preguntarnos: ¿cómo ante tanto dolor se puede exigir tanto de un hombre?
Esta es la manera de la Torá de decirnos que debemos seguir adelante más allá de todo dolor. Esta Parashá nos dice que no debemos detenernos ante la desgracia o el dolor, cualquiera sea el motivo que los cause. Tampoco nos dice que no le demos importancia, nos dice que debemos tomarnos un tiempo para asimilarlos, pero luego debemos levantarnos y continuar con nuestras vidas.
Que esta Parashá nos ayude a comprender que nunca debemos bajar los brazos, que siempre debemos luchar para seguir adelante.
SHABAT HAGADOL
Este fue el último Shabat que el pueblo de Israel celebró en Egipto antes de su liberación. En este Shabat, el pueblo recibió su primera Mitzvá, que sólo regiría para esa ocasión: “el día 10 de este mes tomará cada uno un cordero por casa paterna”, el cordero del cual se obtendría la sangre para pintar los marcos de las puertas.
Shabat Shalom
Diego Vovchuk, Seminarista