Resumen de la Parasha:
A los cohanim se les da la mitzvá de recoger las cenizas de las olot (ofrendas consumidas) diarias. También se les encarga mantener el fuego del altar encendido permanentemente. Aarón, el Cohén Gadol, recibe instrucciones de llevar diariamente dos ofrendas, una en la mañana y otra al anochecer.
Palabras de nuestro seminarista
“Sobre el altar habrá un fuego permanente que no se apagará” (Vaikrá 6:6).
Este es la orden que le da D’s para lo que hoy conocemos como Ner Tamid (llama eterna). Es, de cierto modo, una forma de recordar al pueblo que D’s está siempre con ellos, que no deben perder su camino.
Hoy por hoy, cuando en más de una ocasión parecemos perder el foco de nuestra vida, esta llama nos recuerda la importancia de tener presente no sólo a D’s, sino también de recordar cuál es el sentido de nuestra vida. Esta llama nos sirve como recordatorio constante del objetivo que nos hemos propuesto en nuestra vida.
Que podamos mantener siempre el foco de nuestra vida, para que podamos lograr aquello que nos proponemos.
Zajor
Al cerrar la lectura de la Parashá leemos 3 versículos correspondientes al Libro de Dvarim (Deuteronomio), que empiezan con la palabra “ZAJOR” (Recuerda), indicándonos recordar el ataque de Amalek al Pueblo de Israel al salir de Egipto (ver, Shemot [Éxodo] 17:8-16).
Esta lectura siempre se realiza el Shabat previo a Purim, ya que, según el relato, Hamán, el “villano” de Meguilat Ester, es descendiente de Amalek.
Shabat Shalom
Diego Vovchuk, Seminarista